Introducción
Presupuestos que se disparan, plazos que se alargan, decisiones improvisadas, comunicación desordenada… Si alguna vez participaste en un proyecto de construcción, sabés que estos problemas son más comunes de lo que deberían.
La buena noticia es que existe una solución: la gestión integral de proyectos, un enfoque que permite planificar, coordinar y ejecutar una obra de forma eficaz. En esta entrada te contamos cómo lo hacemos en Leyesoabim y por qué marca la diferencia.
¿Qué es la gestión integral de proyectos?
Se trata de un conjunto de procesos que abarcan desde la planificación inicial hasta la entrega final del edificio.
Implica coordinar a todos los actores (arquitectos, ingenieros, promotores, contratistas, técnicos), controlar los tiempos y presupuestos, y tomar decisiones basadas en datos, no en suposiciones.
Una buena gestión no solo evita errores: mejora el rendimiento global del proyecto y permite al cliente tener control real sobre lo que ocurre.
Planificación desde el día uno
Uno de los errores más frecuentes en una obra es comenzar sin un cronograma claro ni una estimación de costes realista.
En Leyesoabim, desarrollamos un plan detallado desde el principio, incorporando las fases del proyecto, los recursos necesarios y los hitos clave.
Gracias a la metodología BIM 4D y 5D, podemos vincular el modelo arquitectónico con la planificación temporal y económica, generando escenarios y simulaciones que ayudan a prevenir desvíos antes de que ocurran.
Coordinación entre equipos multidisciplinares
En cualquier obra intervienen múltiples agentes. Cuando no hay una figura que los coordine, el caos está asegurado.
Nuestro equipo actúa como enlace entre cliente, diseñadores, dirección facultativa, contratistas y proveedores, asegurando que cada parte trabaje de forma sincronizada y con acceso a la información actualizada.
Además, trabajamos en entornos colaborativos donde todos pueden visualizar el avance del proyecto en tiempo real.
Gestión de cambios y resolución de imprevistos
Sabemos que ningún proyecto es inmune a cambios. Ya sea una modificación de diseño, un problema con una partida de obra o una necesidad nueva del cliente, es esencial contar con un sistema de gestión ágil.
Con BIM y herramientas de control de proyecto, podemos evaluar el impacto de cada cambio de forma inmediata: cuánto costará, cómo afectará al plazo y qué otras áreas puede modificar. Esto permite actuar con rapidez y evitar que una decisión puntual afecte al conjunto del proyecto.
Supervisión de calidad y cumplimiento normativo
Además de controlar los aspectos técnicos y económicos, también nos encargamos de que cada fase del proyecto cumpla con los estándares de calidad, las normativas vigentes y los requerimientos del cliente.
Esto se traduce en obras más seguras, duraderas y bien documentadas, lo que evita conflictos durante y después de la construcción.